Es una posada nativa construida en material de la región (guadua y madera Oquendo) tiene siete habitaciones con acomodación múltiple y privada, baño interno y compartido, cinco camas doble seis sencillas, restaurante para el servicio de los turistas, un kiosco mirador en la playa para la recreación, con una excelente atención por la propietaria.